Torla-Ordesa
La población que cambio su antiguo nombre de Torla hace unos años, es una de las más grandes de la zona. Sin embargo esto no resta para que su casco histórico se haya conservado magníficamente, constituyendo todo un ejemplo de arquitectura tradicional pirenaica, y es que caminar por sus calles, conocer sus cuestas y sus recodos es toda una maravilla.
Arquitectónicamente destaca su iglesia de alma románica, y algunas de las casonas que desde el siglo XVII permanecen en pie: Casa Viu, Casa Ruba, Casa Oliván, Casa Café, Casa Sastre, Casa Pintao, Casa Colosca o Casa Tapia.
Un último párrafo para hablar de nuestras fiestas, donde cultura, tradición y alegría se entrelazan con la naturalidad de nuestras gentes. El 12 de octubre, día del Pilar, los mozos de Torla-Ordesa ataviados con los mantos tradicionales, ejecutan tres tipos de danza: el Palotiau, una danza que rememora las antiguas luchas por el control de los pastos, la jota totalmente desvinculada de la aragonesa, rememora las reuniones pastoriles para proteger los ganados y el Repatán una danza movida y vivaz en la que acaba participando el público.
También podemos destacar el recuperado carnaval, y las procesiones que en mayo y junio nos llevan a tres de las cuatro ermitas que bordean el pueblo.